
Tantos años… ya de nada sirve contarlos.
La piedad del olvido no me ha alcanzado.
Al fin mi alma ya no está hundida en el misterio.
Mi alma sigue llorando por ti…
Hace más de un siglo que has muerto;
todas las cosas que hice para olvidarte…
de mí no depende ya el amarte.
¿Qué hubiese sucedido si estuvieras conmigo?
¿Viviríamos una novela romántica hasta el fin de los siglos?
¿Acaso, el amor se debilitaría con el correr del tiempo?
Ya no importa preguntar estas cosas.
¿De qué me vale sobrevivir?
Mi piel de mármol ahuyenta a los demás
mis ojos indefinidos sólo transmiten tristeza.
La esperanza de morir…